lunes, marzo 01, 2004

es muy extraña la forma en que la dinámica familiar cambia conforme pasa el tiempo. aunque siempre puede existir la constante del hijo predilecto y variables que determinan el porqué se es el favorito, en mi caso la situación se ha vuelvo no menos que bizarra.

desde que recuerdo mi hermana siempre fue protegida por una debilidad que no sé si venga de sangre o de caracter. sin llegar a los extremos, ella era la que se iba de pedota, la que chocó el coche y se fue de la casa. la que tuvo una y un millón de broncas y mis papás se enfocaban a ayudarla, dejando en automático mi programa educacional.
cuando la cagaban allí estaba yo, como de adorno, para que escuchara y aprendiera. desde chica aprendí que si iba bien en la escuela no habría pedos. que el perfil bajo es lo mejor si quieres hacer lo que tú quieres. aprendí a pasar desapercibida. a que mis papás no me cagaran y me felicitaran solamente a fin de año por mi beca de excelencia. aprendí que me querían aún cuando no me pelaban y que siempre tenía qué ayudarlos aunque ellos sólo vieran pensaran hablaran a mi hermana.

a lo que voy es que ahora a mi pobre hermana no la quieren ver. quizá se cansaron ya pero yo siento gacho cuando les digo que vayamos a comer y ellos salen disparados a la puerta sin invitarla. vamos al cine y le dicen que mejor se quede a hacer tal o cual cosa con su marido e hija.

mi mamá dice que ella sí se va conmigo. que si allá está mejor se lleva a mi papá y envejecen en los highlands escoceses. quizá lo dicen porque saben que yo quiero regresar y es una manera de hacerme sentir mejor. pero yo pienso, ¿qué sentirá mi hermana cuando frente a ella dicen esto como si yo fuera su única hija? les pregunté sobre su nieta y mi mamá me contestó que si una hija no es propiedad, menos la nieta. tiene razón, eso que ni qué, pero llega un punto en que no entiendo ni madres.