jueves, septiembre 26, 2002

ayer me hicieron una lobotomía. la doctora tenía uñas postizas de 6 centímetros que no le permitían maniobrar bien pero igual los resultados no hubieran cambiado dramáticamente. las lenguas bífidas de los reptiles que adornaban las paredes del lugar indicaban las partes en las que mi pensamiento era susceptible. se enfocó en la metodología que empleo al trabajar. con eso estuvo jodiendo alrededor de hora y media. luego ejercicios de memoria, concentración y capacidad para restar cantidades de tres dígitos mientras el cronómetro corre. al final me dan lápiz y papel para escribir mi autobiografía. en qué cosa fui a caer. pruebas pruebas y más pruebas. la psicóloca en traje café 100% terlenca me dice que soy muy joven. pregunta sobre mi grado de tolerancia a la humillación y las faltas de respeto. contesto que llevo 24 años viviendo en este pais. no sabe qué poner así que plantea nuevamente la pregunta porque según ella no la entendí. le digo que permitiré una grosería cada hora y no más porque entonces chillo. acomoda el lápiz entre sus garritas y escribe sin cesar. la temperatura aumenta y los reptiles me miran desde su ambiente artificial fuera de contexto. Un descanso de cinco minutos para que se termine su diet coke y vaya por más pruebas. de regreso me dice que pasemos a los cuestionarios de conocimientos básicos: longitud en kilómetros de la circunferencia terrestre, promedio de estatura de la mujer mexicana, tipos de vasos sanguíneos que tenemos, número de países que integran latinoamérica, definición del Corán, ¿por qué lavamos la ropa? ¿por qué parpadeamos? ¿cómo sabemos si...? cuatro horas después me sueltan y puedo salir del quirófano. tengo la garganta cerrada y los ojos llorosos. la ciudad está tranquila, prendo un cigarro y camino hacia el metro zapata. delante de mí va una parejita que recién salió de trabajar. ella voltea una vez, él cuatro en el transcurso de dos cuadras. qué paranoia. voy pensando en mis respuestas, en las uñas postizas y la diet con el borde lleno de bilé café. empieza a llover. termino mi cigarro y entro al metro. dos boletos y para la casa. en una hora ya estaba soñando con iguanas.