martes, septiembre 27, 2005

una nueva oleada se aproxima a la costa. sin inmutarse, rk me envía las señales de que es tiempo de mudarnos. no de casa sino de país. otra vez las despedidas, los lloriqueos, otra vez la añoranza. a veces quiero un poco de paz y a veces la guerra me hormiguea en las manos. en mí se libran batallas mentales por aceptar o darle la historia de que todavía se puede vivir en esta ciudad. y es que yo digo que no está tan mal. y el dice que podría estar mejor pero no aquí. no hay niños, no hay raíces. ¿qué nos queda si yo digo que no y tú te aferras al sí? seguimos sin encontrar el centro que nos contenga. lo más cagado es que estoy hablando como si ya fuera una realidad, como si tuviéramos ya los papeles aprobados, el hotel listo, o sea, la logística echada a andar. y no, no tenemos nada, sólo su idea... pero no malinterpreten, que rk es un action man y como tal debo prepararme.