lunes, diciembre 09, 2002

el viernes la cabrouna y yo nos pusimos una peda. más yo que ella. pero eso fue lo de menos. el viernes quedó demostrado que estamos locas, por querer llegar a una casa desconocida con unas pasitas bremen como llave, o creerle a un celular que minutos después ya estaba apagado (juré vengarme por el blogg de ese tipo, pero la neta que no vale la pena); locas por tomar un bus y luego olvidarnos de las chelas y comprarnos dos capuchinos con pastel empalagoso en la cafetería de la tapo ya pasada la medianoche. al final, como no estaban mis papás (se fueron desde el jueves) caímos en mi casa y oh oh una botella de tequila nos estaba esperando. para las cuatro llegamos a temas comunes que nos sacan carcajadas cada que los recordamos. un poco pedas concluimos que por fin, ya estamos menos locas por ellos, porque quizá cada caballito de la sexy lulú no era por un él, sino por un nosotras después de semanas de pastoso ajetreo laboral. en una noche, demostramos que nos sobran los motivos, para cortar con ellos y luego regresar y cortar y así hasta la chingada. vimos que, aún pedas, podemos marcar correctamente un celular, poner un cd sin rayarlo, servirnos hasta el borde o lavar los vasos (no mames wey!!!) porque en un par de horas verías a tu papá (la quinceañera aún peda desayunando barbacoa con un papá que la perdona sólo si se acaba todo) y no querías llegar tarde. thanks por la llamada, y sí, estaba bien cruda!!