viernes, mayo 09, 2003

no empezamos la revolución con el cuerpo acostumbrado a un buen colchón. decidimos que al menos por ahora, podríamos vivir cómodamente. pero ambos tenemos una garrapata que empieza a chuparnos por dentro y entonces hablamos de regresar a paris. tú ya tienes tu maleta hecha -no quiero entender por qué demonios no has terminado de desempacar- y casi en la puerta me dices que todavía podemos irnos, no somos viejos ni tenemos deudas. yo sí tengo una, tonta pero al final deuda. así que me quedaré a cumplirla y a fin de año podremos irnos de nuevo. aunque luego pensamos que el ahorro de todo un año sirve para poner ese brasserie que tanto queremos o comprar una nave y viajar a las playas que ya tenemos marcadas... al final, esa cosa que siento por él sí tiene algo de revolución: en esta temporada el amor no se quiere dar por las buenas.