viernes, septiembre 06, 2002

escribo esto porque sé que leerás mi blogg y quiero redimir mi imagen de sanguijuela. sabes que te quiero y no escribo lo que me contaste por llenar mi página... ya te veo gritando que no tengo ningún derecho de usar tu vida y tienes razón. sólo lo hago porque alguna vez dijimos que el dolor era la pluma de nuestros escritos y no hay más remedio que usarla antes de que nos ahogue. ahora me toca confesarte algo. sabes que yo también me enamoré de un casado? bueno, pues lo hice. fue hace un par de años y sucedió precisamente lo que escribí ayer: juré no exponer el corazón y cai redondita. seguro que ahora comprenderás la borrachera que me puse una noche decembrina, cuando repetía el tango una y otra vez y tú me decías que después de tanto mezcal tendría que olvidar lo que tanto me dolía. también tengo que decirte que me quedé una noche con el casado (qué pseudónimo caray!) y no fue sexo puro ni finito ni complaciente. los detalles están de más cuando lo importante fue que mientras me ponía su camisa, él me dijo que en dos días se marchaba y que me hablaría para despedirse.. pasaron dos días y no me llamó. dolor dolor dolor. ahora ya lo olvidé pero eso me costó terminar con el que entonces era mi chico (que aún desconoce el porqué no llegué a casa, ni las reuniones de trabajo hasta la madrugada, el celular apagado y los mil pretextos diezmil veces utilizados en las cienmil llamadas que mantuvimos en un mes). eso es todo, si quieres detalles llámame...