miércoles, febrero 27, 2008

lo tienes todo bien claro. yo, de opuestos, me quedo con la bruma que me rodea cuando llego a tu cara y beso tu sien y en ese breve contacto quiero decirte que no hay amor, no existe certeza entre los dos, apenas una línea de tiza que va de tu dedo comprometido al mío.
y en mi cuaderno, escribes de nuevo con puntos finales,
(despacito me acerco)
rematas oraciones, todo tiene un fin
y yo espero que dejes de escribir, voltees y veas que aún no se termina!
pero sigues con tus puntos, puntos que hacen líneas y me cortan,
es la desesperación de no ver claramente! y de tomar un poco de tí y no poderte dar nada porque te dices completo pero hay vacíos joder, vacíos que te aterran y por eso no los quieres ver.
qué más te puedo decir? me dices que deje de hablar, las calles nunca están solas y yo he dicho mucho mucho. ahora quieres silencio, quieres tu momento para sentirte bien, lo sabes, lo sé, esto es, siempre lo fue, un rocamadour en mis ojos, unas horas para los dos y ya.
a veces quise darte mi argolla y que la vieras como lo único que fue, pero la tuya significaba un poco más para mí que para ella y no bastó que me rozaras con tus labios, nada hizo por quitar a los extras, a los límites al mar que se lleva almas (sí, la canción una y veinte más) a los cuatro menos uno.
horas, días después, esta fisura se hace grieta y de pronto se caen mis paredes. nada sabes de eso, no adivinas que atrás, bien atrás de mis palabras y esas miradas está una heridita nacida la primera noche que me hablaste. y ya me dicen, sanará mujer, sanará y yo pienso que aunque cierre quedará la línea blanquita, igual como de tiza y esta no podré borrarla.