lunes, enero 20, 2014

vacuna

Como si te hubiera escrito todas las palabras del diccionario,
apareces en cada búsqueda,
en cada filtro.
 
uso manta de cielo, papel china,
todo para bloquear tus mensajes y de paso los míos,
que iban y venían buscando el matchpoint.

pero tu nombre sale al menor teclazo,
tú jodido nombre con letras repetidas y apellido rojo brillante
que abarca todos los mails hasta el jackeo y mi incapacidad -infantil- de borrar todo,
voltear el cesto y chau! 

eres tú un virus que fácilmente rompe mis barreras,
entra en mis recuerdos, en las jornadas de trabajo,
la enfermedad que hace que pierda las llaves,
que repita dos o tres veces lo mismo (lo mismo mismo)...

estás en mis sueños, combustible y reacción en cadena,
donde vamos atravesando paredes como superhéroes,
buscando la cama perfecta para venirnos como mortales,
para amarnos hasta siempre en los 15 minutos de mi REM.

desapareces y te describes justo cuando estoy por vaciarme de tí,
por curarme después de una semana sin tu afección,
en una sincronía casi tan perfecta como tus dedos apretando mi cintura
y yo en silencio te deletreo, ajeno ajeno
en el cubo eléctrico donde sí nos pertenecemos.