lunes, octubre 28, 2002

a las 8.01 de la noche su vida cambió y me vienen recortes de lágrimas y sogas que no sirvieron para nada. a esa hora, una niña de tres años se ahogaba. su mamá tiene 31 y una vida que no la crees. cuando mis papás se iban de fiesta nos dejaban con ella, que no tenía más de 15 años pero ya nos cuidaba como a hijas. nunca nos preguntamos porqué le gustaba estar tanto en nuestra casa. años después me enteré que el hijo de puta de su papá abusaba de ella. eso es sólo un parpadeo de todas las cosas que le sucedieron. ayer la vi y no tuve idea del dolor que sentía. te acostumbras a ver mujeres histéricas, que gritan y se arrastran. cuando estuve frente a ella escuché un corazón vacío, todo un cuerpo buscando el porqué de ese asunto inexplicable. lloraba ronco y profundo, con pocas lágrimas y la mirada perdida. allí estaba, atendiendo a la gente que conchudamente llegaba a sentarse junto al pequeño féretro blanco de la niña. estaban listos para el refresco, la comida, el café de la noche y los rezos que no llegaron porque dicen que los niños no tienen pecados y no hay que rezarles. igual eso de los pecados y el limbo y el cielo no consuelan a nadie. se ahogó en un pozo de una casita en toluca mientras su hermano, cinco años mayor, jugaba lejos con otros niños. se columpió de la polea que colgaba arriba del pozo y saltó a la lámina que cubría el hoyo. la cubierta se ladeó y dejó al descubierto el orificio. 15 metros abajo tomó agua hasta morir. el papá se amarró una soga y bajó, cortándose las manos y la cordura. el agua escupía a todos menos a la niña. entraron luego dos señores más y hasta un buzo y nada. hora y media después pudieron sacarla. después de esto no te jodes por llegar tarde al trabajo ni comer la mierda de la cafetería. tu cerebro se enfoca en el instante en que se soltó. no pude ir al entierro, ella sufre ahora mismo, mientras escribo esto, en la vanalidad de la oficina, con dolor en la espalda y los ojos rojos. me gustaría decirle cosas para consolarla pero en realidad no tengo ni idea del dolor que sienta. ni idea.