lunes, julio 20, 2009

mi sostén cruje, pequeños senos se mueven libres dentro de unas copas absurdas y completamente redondas
estiro el tórax, hundo mi ombligo y siento que las tripas tiemblan y la diminuta llama que recorre las entrañas se adelgaza hasta simular una mecha... allá va, avanza crujiendo, la bomba está a punto de estallar, a dos segundo de volar el cuerpo y dejar esferas carmines flotando en la habitación. tomo un té para apagarme porque hoy no hay cuerpo que me calme, sí, this bed is on fire, y me arrepiento del juramento. la noche se pega en la ventana cerrada. me estiro de nuevo. allá va la lucecita de bengala, con su fuego artificial de pocos segundos y al final, cuando abro la ventana, el palito incandescente me quema el dedo. es el verano.
las señales fosforescentes
me gritan a cada rato que le pare con mi ceguera
que deje la lupa
y me decida a creer
pero también yo digo que hay algo raro aquí
es una espina, una putada, que si creo me vuelvo a caer.
esta pausa en la que estoy
con los pies clavados y el resto de mi cuerpo precipitándose al vacío
estirando mis pensamientos, no se paran, no hay descanso
y tanto retenerme me tiene harta.
aquí hay algo, el miedo escondido en la garganta
y un cansancio de siempre decir la verdad
y sentir que el estómago se entume esperando su mentira.