acabo de enterarme de que soy artista de películas baratas en argentina, la secretaria ejecutiva de una revista médica cubana, la esposa de un suicida defeño que se ahorcó con una hamaca después de que yo lo amenacé con dejarlo por otro. también soy finalista del san fernando parade y hasta tengo mi sitio porno de internet! no cabe duda que la vida virtual es interesante

nos dedicamos varias semanas a cavar. sin dudar dejamos de hablar, de besar, solamente sacamos tierra hasta formar un buen abismo. nos vimos separados y aún así estuvimos satisfechos de lo que hacíamos día y noche. somos dos personas que de vez en cuanto sienten amor quemado y otras el silencio de los desconocidos.

después de ciertos torbellinos el hombre se pierde. aquellos vientos que al principio parecían favorecedores ahora traen arena que se acumula entre las arrugitas de mi alma. se forman dunas, montañitas vanales de fácil derrumbe que dictan mis humores del día. partes de mí se esfuerzan en limpiar pedazos vitales para que al menos tenga ganas de dar un beso y sonreir (sólo una vez al día). para la noche sólo quiero sellar mis ojos y no atender al ritual nocturno de preguntas respuestas abrazos y quizá algo de sexo. please just a break!

es una vergüenza pero afortunadamente ya perdí gran parte de mi pudor.
the night is climbing, and im not there yet. por eso si me he tardado en escribir fue por flojera vil, sin excusas o tratados laborales que condonen la supuesta pena que me dá el aceptarlo. los registros de mis horas campiranas pasaron de largo, yo haciendo un poco de caso a los eventos extraordinarios en la vida de los habitantes de crieff y entregándome a la contemplación de cuervos bien nutridos, entierros semanales y pláticas con george el gato negro vagabundo. cuando nevaba él se embarraba contra el cristal de la puerta, se paraba en dos manos, sumisamente arañaba un poquito... al final maullaba ritmicamente hasta cansarse. eso era en los días deprimidos. a veces salía el sol y entonces george no venía en días. una vez después de cuatro días desaparecido me trajo de regalo un ratoncito muerto. me agradecía la leche tibia y el tocino con queso cheddar que le daba por las tardes, ponía en evidencia su habilidad para cazar pese a la edad o quizá y esto es lo más problable, me estaba diciendo que después de visitar otras puertas y tomar de platos ajenos, esta seguía siendo su casa preferida, aún cuando el adjetivo de homeless jamás se lo quitamos.