lunes, julio 22, 2002

mi maestro tiene un aspecto de anfibio que te saca risas. cuando habla entonces puedes morirte de terror. es un cabrón. como todos los maestros según cuentan. observa un instante, salta de su cubo y me grita que si no tengo alma para decir el diminuto diálogo con emoción. pues es que sí tengo pero no me imagino diciendo "cuándo podré tener mi coche de cartón" mientras me cogen en un elevador. hay que ser sublimes. yo le digo que todo ese rollo de lo incoherente artístico no es más que una expresión intelectualoide de los sentimientos. me mira de nuevo. en dos segundos amenaza con fulminarme si no me largo. pues ya qué. tomo mis cosas y salgo. por qué tendría que pensar en un coche de cartón mientras alegremente viajo por el ascensor?
amanecí de malas y qué chingaos... primero la pinche tele no se prendió, así que cuando se me ocurrió despertar ya era demasiado tarde. en chinga para bañarme, para vestirme para guardar las cosas de teatro. me encabrono más porque no sirven mis audífonos y me caga oir las pláticas ultrainteresantes de mis compañeritos. ah! y la gota es que el canabis sigue de vacaciones. al muy cabrón le dan un mes. a mí 7 días. chale.

viernes, julio 19, 2002

golpe avisa
me duele la cabeza porque tengo visita y estoy durmiendo en el suelo. me gusta dormir así, con un poco de frio. mi visita es poca madre. a veces quisiera irme con ella, he pasado ratos chingones allá. donde vive es desierto, comemos nopales y tunas, a veces consigue maíz y pone nixtamal. las tortillas son blancas y delgadas. su gato nos pasa entre los pies y ella le lanza un pedazo de masa. hace meses su hijo regresó del gabacho y le dio una golpiza el muy cabrón. le jodió un ojo. mi tio fue a verla y se la trajo casi a rastras. ella no quería dejar a su mamá de 98 años. a la chingada también. ahora duerme en mi cama y yo me siento bien. claro, con dolor de cabeza, pero bien.

jueves, julio 18, 2002

es un guerrero que serpentea. alza la cabeza y ve hacia el oeste. hace frío y tenemos resaca porque la noche fue muy corta para bebernos. "el nivel está subiendo" me dices muy quedito. sé a lo que te refieres. ayer escuchamos la canción hasta que el disco se quemó y estás por irte con todo y cenizas. no puedo seguirte, vas muy rápido, muy lejos. yo me quedo. el viento nos corta, enreda tu cabello, nos deshebra en millones de serpentinas que terminarán por desintegrarse con la lluvia. y amenaza con llover. (una lluvia de verano -digo yo- y tú sonries) así son los finales. de fotografía instantánea y el pie al borde de la locura.
antes de que empiece la peli mi amiga me cuenta que tiene un gran problema. un pedo con nombre y super sueldo. lo ama y tiene miedo de vivir de verdad. yo qué le puedo decir, sólo me cago de risa y le digo que está perdiendo en promedio a 1.3 hombres por día... tiene un déficit escandaloso de noches con compañía... la miro y nomás me rio, porque no tengo nada qué decirle. al final, qué carajos le podría soltar para que ella decidiera terminar con el tío ese?? pues nada, que salimos del cine y empezamos a hablar de los güeyes que no han llegado, que quizá vengan con los días fríos, etc. etc... nos quedamos serias porque vienen demasiadas imágenes y mejor le paramos. ella tiene 3 años más que yo. y me lleva una ventaja de 1 a 3 cm. en el largo de las uñas. le digo que no se las corte porque de un garrazo nos puede salvar. nomás me mienta la madre porque las uñas son su orgullo y yo no sé apreciar la belleza al natural. chale. el microbusero va rompiéndose la madre con un colega... saltamos los ocupantes, nos vamos de boca y rapidamente recobramos el aliento. pinche susto. pero seguimos divagando. los hombres, qué coñazo, me dice... y yo ahora sí le digo que no mame y que mejor nos bajemos de este pinche micro si no queremos terminar otra vez en el suelo. así son las tardes de cine.

miércoles, julio 17, 2002

hoy encontré una prueba más.. tendría que estar 20 años más vieja. qué coño que tuviera bolsas en los ojos, dolor en las piernas y una columna doblada... me robaron 20 años. qué poca madre. ahora no pasa nada, me aburre su rostro bonito, la voz perfecta. qué jodido es vivir ahora. nos quedó un día desgastado, una respiración a medias, el cielo siempre vacío. qué nos queda? gritar un poco, trabajar para ocupar el tiempo, inventar viajes, drogas sin sentido... hasta el aburrimiento.

lunes, julio 15, 2002

zzzzzzzzzz
me da güeva abrir los ojos... pensar. a la chingada con todo. compré más money, ahora podré comer decentemente y coger sin restricciones alimenticias. tengo revueltas las tripas y las ideas. no quiero ni escribir. pienso en el viaje, en mi futuro hogar y en el dinero que tengo que ahorrar. gracias ** por darme. creo que sufro de sueño crónico. necesito un buen cigarro y un traguito de midori con la cereza bien puesta. zzz.

jueves, julio 11, 2002

me he despertado de sueños locos. ayer me veía devorada lentamente por un alien mal hecho... cuando abrí los ojos creí sentir sus dientes pero no era más que un piquete en la vejiga. uf.
últimamente las cosas andan raras, la tierra parece estar en pausa, como que viene un huracán, una sequía o la renuncia masiva de los diputados comemierda. (descarto lo último... demasiado bello para que ocurra). hasta mi cerebro está así.

martes, julio 09, 2002

no tengo cólicos. nada. será el pinche stress. mejor no pensar.

miércoles, julio 03, 2002

mis sueños me preocupan. durante cuatro días consecutivos he soñado con un hombre de ojos claros y labios tibios. alternamos papeles, algunas veces él tiene novia, al siguiente día yo vivo con otro... el caso es que siempre terminamos besándonos, las manos se entrelazan, yo me interno en sus ojos olivo y me siento bien, demasiado bien. lo peor es que dentro del mismo sueño sé que en realidad esa persona existe, que solamente estamos caminando en ochos (quizá nos encontremos en parís) y en algún punto nos toparemos... un escalofrío vendra y tan mierda es eso que pasaremos de largo. realmente me preocupan mis sueños. he cambiado mi wallpaper... tenía una foto que tomé en las barrancas, ahora la ocupa un hombre que voltea como despidiéndose de algo que no debe irse. la historia que se repite inunda poco a poco mi realidad. sé que existe, que lo conoceré... o quizá no, tal vez me quede sentada frente a esta pinche máquina, recordando mi sueño, su boca...