jueves, febrero 20, 2003

me gustan los peces. evito comer cualquier cosa que venga del mar y sólo el atún es bienvenido (por barato y sano como dice el comercial). no me atrevería a tener una pecera por miedo a que los hierva, como un día lo hizo mi prima al moverle una madre del calentador. hay un pez en particular que visito de vez en cuando. es una mojarra de buen peso, apenas cabe en su humilde pecerita y ve con el ojo en el costado a su dueña: una bola de grasa que con agilidad mueve las tijeras cuando corta el pelo y les da masaje en las orejas a los caballeros que la visitan sólo para sentir sus enormes y cálidos senos. yo voy a su salón cuando mi pelo ya está demasiado chino como para que yo misma lo corte (cosa que casi siempre hago) y la amenazo con llevarme su mojarra en semana santa para hacerla frita y con mucho ajo. me contesta que las brujas no comemos ajo. ja! eso cree.

martes, febrero 18, 2003

a mil, sin tomar trenes ni intentar en otro idioma. así me siento. tengo miedo, dudo, abro los ojos no me quejo del amor que siento. existirá alguien que hasta la madre de mis vaivenes me busque para sorrajarme tremenda cachetada? a veces creo que me interrogo a lo pendejo, me pregunto si soy, estoy, si me puedo ir o mejor me quedo hasta que, si me arriesgo a tal o cual cosa, le hablo a mi madre para que patéticamente le pregunte algo como pidiéndole permiso. r. no me conoce, lee esto pero no lo entiende, mucho menos las groserias. lo raro es que me siento feliz. qué raro.
este rosario de cuentas infelices... me está pidiendo, noche día cada segundo que le haga caso aunque sea para decir que por momentos no quiero creer. pero casi siempre creo, aunque en la calle me encuentre con cadáveres que saludan y cogean más de lo normal (ayer vi a cuatro cojos, uno tras otro, sin tomarse de la mano pero compartiendo la cadencia de una pierna retorcida).
por ejemplo, a las 3 de la mañana yo jalaba un cigarro y me entró una desesperación por salir. corretear al fuckin perro que ahullaba en la esquina. tocarte la ventana. hacerlo por última vez. pero no es así, no soy así. o quizá sí. la hipocresía me está quemando los ojos. me estoy deshebrando por un amor que parece invensión. por eso siempre nos convencemos de que puede ser (por eso nos colgamos dos horas en el teléfono. tendré que acostarme con slim. cómo será hacerlo con ese wey?) y tus celos regresan al hombre de la ventana, preguntas si me ha buscado (yes oui clarín), si todavía lo quiero (pus...)o estoy segura de lo nuestro. segura no estoy ni siquiera de mi propia existencia. de lo que siento quizá sí, un poco y sólo un día (coincide con un viaje sin tráfico por reforma). contesto a todo con un sip. es una palabra que erroneamente ha recibido la categoría absoluta de aceptación. yo digo sí y es más fácil que el maybe de brugges...
tengo dos semanas para vaciar mi habitación. para tirar cartas, tarjetas, promesas, letras letras letras. en dos semanas deja parís y se viene a la siempre abrumadora ciudad de méxico. chale. debe estar loco. y yo más pero ya está el hueco de su pierna marcada en mi cama y no hay marcha atrás.
entonces, concluyendo, no hay recapacitación qué hacer.

lunes, febrero 03, 2003

estoy a un mes y días de verte. esta espera desgastaba mis pestañas, nos hundía en líneas indescifrables y hojas que llegaban con 15 días de retraso (fuckin correo)... otra vez regresaste a mis sueños, ahora sé tu nombre y la manera en que me asfixias mientras dormimos. y estaba a punto de escribir que sólo te apareciste para dejarme peor, miserable por tenerte en mi paladar y no poder llevarme un pedacito de tí. por fortuna me llamaste a las 2 de la mañana para decirme que vendrás. y vieras qué chido soñé.